El cartel está en el centro de la política de la NEL. Al tiempo que sirve de instrumento para posibilitar el anudamiento entre sus sedes y delegaciones, construyendo una comunidad de experiencia, (experiencias de análisis y experiencia de institución), da lugar a lo Uno "que no es para todos", sino un Uno (me apropio de las palabras de M. Bassols) "que se hace presente en cada lugar de lo múltiple (Sedes y Delegaciones) en forma distinta y busca generar en cada lugar una fuerza impulsora en la relación con la causa analítica"[1].
Un lazo, no un Uno unificado. Un Uno que sostenga la diferencia y lo heterogéneo, y permita crear las condiciones para que en cada lugar se pueda inventar un modo de "hacer una Escuela", un modo de sostener la autoridad epistémica, política y clínica para hacer existir el psicoanálisis de orientación lacaniana.
Entonces, el cartel en la NEL es una propuesta para hacer un lazo, que difiere del modo clásico de los grupos constituidos por la identificación, y en ese sentido es un laboratorio propicio y permanente para tratar lo real, donde lo vivo prevalezca mas allá del significante.
Queremos hacer del cartel un dispositivo propicio para poner en acto nuestra política. Ir contra la lógica que impera en los discursos de la época, pero sobre todo apostar para que se convierta en la "puerta de entrada"[2] de la Escuela. Tal como señalaba M. Bassols se trata de "entrar a la Escuela desde adentro", es decir a partir de aquello que nos causa. Este lazo de trabajo es un laboratorio, que bajo la forma de un "colectivo" que sostiene la lógica propia del mas-uno, permite la elaboración singular de aquello que es causa para cada cartelizante.
La novedad de Escuela de Lacan es hacer del cartel su órgano base. Nuestro desafío es conseguir ubicarlo y sostenerlo en el centro de la política de la Escuela, en tanto lo consideramos un dispositivo de formación.
El Cartel, inventado por Lacan con la creación de la Escuela, se enuncia en el Acta de fundación en 1964, y en tanto tal, corresponde al funcionamiento de Escuela, es correlativo a su fundamento: "restaurar la verdad que el psicoanálisis ha develado".
Este órgano, como lo ha llamado Lacan, busca romper con las jerarquías que regulaban las sociedades analíticas existentes, que habían sido fundadas según el deseo de Freud que basado en la lógica (edípica) hace primar la excepción que da lugar el Uno y el todo. El deseo de Lacan, que no es el de Freud, al contrario, apunta a la diferencia absoluta. En ese sentido, este dispositivo se diferencia y opone al trabajo universitario, caracterizado por seminarios y conferencias o los cursos magistrales, planteando una nueva forma de hacer grupo, de hacer "lazo social".
Lacan presenta una tesis sobre la teoría de grupo, que difiere del funcionamiento clásico de los grupos, para pensar un modo de trabajo alrededor de lo que llama "Mas Uno". Se trata de un funcionamiento diferente del Uno. Un "Uno" que en lugar de fusionar e identificar, posibilite la diferencia, la alteridad. Es un Uno que no segrega.
A diferencia del Uno que aspira al todo, este Uno hace aparecer la existencia, promueve la producción del uno por uno y lo singular, manteniendo un vacío en el corazón del saber.
No hay cartel sin Escuela, de ahí la importancia de que los carteles sean inscritos en ella. El trabajo de la Escuela pasa por el cartel.
Particular relación entre el Cartel y Escuela que ha sido nombrada de diferentes formas:
1-cartel-puerta de entrada. Se trata de entrar a la Escuela desde adentro, en tanto que el trabajo del cartel supone la elaboración de saber de cada uno, de un saber textual, que no es otro que el saber del inconsciente. (M. Bassols)
2-Cartel-contra-seña. "No en el sentido de lo que sirve para que los hombres se reconozcan sino lo que permite constituir un grupo". (Frank Rollier)
3-Cartel bisagra de la Escuela. El cartel hace bisagra entre el adentro y el afuera. No podemos decir que está adentro, pero tampoco afuera, hace de borde, es el gozne de la puerta de la Escuela.
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