CARTELES
Boletin-29 a-ritmo propio
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Práctica del Control
Paola Cornu

Al iniciar el Cartel "La experiencia del Control, me propuse trabajar la "Práctica del Control" y presenté como argumento, que la investigación que pretendía realizar en el Cartel, tenía como fundamento que "hay un real en la formación del analista". "No hay todo" saber del acto en la práctica, pues es a través de sus efectos que elucubramos un saber en la clínica y sus efectos en la formación de cada analista.

La pregunta que emerge en el trabajo es por el lugar del Control, su práctica y su uso. Varias interrogantes aparecen en mi formación en la práctica del control, ¿cómo, cuándo y que controlo?. En tanto que los tropiezos, impasse y/o sorpresas del acto, han marcado en mí, a partir de la experiencia analítica y el control efectos de formación en lo epistémico, clínico y lo político. Entonces: ¿Qué lugar y uso de la práctica del control?. De esta forma "el control apunta al lazo del analista con el lugar, es decir viene verificar en esta perspectiva, su grado de desubjetivación en la experiencia".[1]

A lo largo del trabajo realizado en el Cartel, fui situando "mi experiencia de la práctica de control" por medio de presentaciones de viñetas clínicas las que había controlado y me interrogaba mi práctica y posición como analista, como así lo que se me anudaba en una pregunta a seguir pensando ¿a qué podríamos llamar experiencia de control?, en tanto hay la experiencia del control uno por uno y la experiencia analítica. Frente a esto, no puedo dejar de aludir a lo que hace serie en este trabajo de investigación de mi práctica articulándose análisis y control.

El control, es una práctica que realizo de forma constante como parte de mi formación. Durante tiempo no me percataba del rasgo que hacia serie en los casos que llevaba al control, hasta que situé que en un primer momento controlaba las urgencias de los posibles abandonos del tratamiento y/o acting. Esto surge un día que me detuve a ubicar esto, a partir de una intervención de uno de los analistas con quien controlo marcando "alojar el ir y venir" del paciente que controlaba, sorpresa. Claro, lo que no podía escuchar se hace marca, sorprendiéndome de que era mi resistencia como analizante de ver en el punto que me implicaba como analista. No podía desubjetivar la experiencia. Marcaría de esta forma momentos de la experiencia de la práctica de control, aquellos donde me era muy difícil controlar con quien me analizaba - percatándome tiempo después, no hace mucho, que pase a controlar con un analista hombre, pero de las mismas iniciales que la analista - y entonces iba y venía para controlar, algo me obstaculizaba, por su puesto, la dificultad de separarme del Otro. Sin embargo, luego de atravesado ese momento en el recorrido analítico, podía escuchar y tomar otra posición. En esta línea, un día voy a otro control con otro analista, y saco mis apuntes para controlar un caso, y en un momento no me entiendo la letra, el controlador me dice "porque anota, no escucha". Por su puesto, llevaba preparado un escrito, la mejor forma de obstaculizar la posición de enunciación, sosteniendo por medio de los papeles al Otro que podía indicarme lo que falta por decir (tapar la falta).

He pasado desde la sorpresa del acto, sorprendiéndome de mi sorpresa, a soportar el acto analítico, tomando una posición activa, localizando los efectos de rectificación en las direccion de las curas que conduzco, como así una reorientación en mi práctica, que podría decir una forma de entender el lapsus del acto analítico, proporcionandome un saldo de saber sobre mi práctica. De esta forma la Práctica del control no finaliza, pues interroga una y otra vez sobre el modo que opera el deseo del analista en la dirección de cada cura. Y desde ahí el surgimiento de un deseo de experiencia de control. Situando en mi lectura una diferencia radical entre un deseo de la práctica de control como experiencia regular de formación a una demanda de control por un s.o.s por un caso en urgencia, ya que de lo que se trata es de una práctica de control bajo transferencia. De esta forma un control no es LA enseñanza de una técnica, ya que el acto alude a la práctica no a la clínica, pues el acto no se enseña.

¿De qué estar adevertidos?, ¿cuál sería el problema del control?, el problema del control, "es el analista de experiencia, el que deja de darse cuenta que él surge del acto analítico", advierte E. Laurent en "El buen uso del Control". De esta forma agrega E. Laurent " la supervisión adecuada vista desde el pase es la que se deshace de toda ilusión de comunicación". En la linea de que el control no comunica un saber teórico, técnico, pues es una experiencia, en la que podemos situar por un lado, la busqueda de un modo singular y por otro, la transmisión de un estilo. Es la experiencia de una práctica que nos hace pregunta e interroga sobre el modo en que opera el deseo del analista en cada dirección de la cura.

NOTAS

  1. Jaques Alain, Miller. "El lugar y el Lazo". Ed. Paidós. Buenos Aires. 2013. p.16